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Adviento IV |
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ADVIENTO IV
(A)12/21/2025
(Consulte el Archivo para ver reflexiones pasadas y futuras.)
Isaías 7: 10-14; Romanos 1: 1-7; Mateo 1: 18-24

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Adviento
IV
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Adviento IV (c)
12/21/2025
Isaías 7: 10-14;
Romanos 1: 1-7;
Mateo
1: 18-24
“Digo si Señor”
Llegamos al cuarto Domingo de Adviento y por fin escuchamos de María y el anuncio del nacimiento de Jesús. Nos parece un largo caminar hasta este punto. Queremos quedarnos tranquilos en presencia de María la Virgen, sabiendo que ella dijo “si” al ángel y por este acto de fe y confianza, nosotros también formamos parte del gran drama de salvación. Queremos contemplar su cara, como nos lo presentan los grandes artistas. Nos gusta pensar en la posibilidad de una mujer tan pura que Dios la escoge para dar su cuerpo y alma en el misterio del nacimiento de su Hijo.
El Evangelio de San Mateo nos cuenta el origen de la persona de Jesús. El ángel dice a San José que su nombre será Jesús, el que salva a su pueblo de sus pecados. Dice también que este niño es Emmanuel, o sea Dios-con-nosotros. Así la profecía de Isaías se cumple y el milagro de la salvación está cerca. Es momento de celebración, una celebración nunca antes imaginada.
Según el relato de San Mateo, el enfoque no es solo en María, sino también en San José. Es José que recibe el mensaje del ángel en un sueño. Es su fe que contemplamos. María parece como un personaje detrás de las cortinas. Ella no actúa en este relato. En cambio, José parece como hombre que tiene que pasar por la prueba. Es él que tiene dudas. Es él que trata de solucionar el problema sin causar escándalo para María. José es él que está invitado hacer un acto de fe, aceptando la palabra del ángel que el embarazo de María es una acción del Espíritu Santo.
Vemos que José acepta el mensaje del ángel y también da su “si” al gran drama de salvación. Entonces, poniendo el relato de San Lucas junto con el de San Mateo, vemos que los dos reaccionaran en manera similar a la visita del ángel. Los dos dicen “si’. Los dos aceptan el papel indicado por Dios, sin entender las consecuencias. Seguro que ni uno ni el otro pudieron anticipar el nacimiento en un pesebre, lejos de su casa. No pudieron anticipar la necesidad de huir a Egipto para evitar la matanza de Herodes. No pudieron anticipar el escándalo que Jesús causaria durante su vida pública. Lo que si, pudieron entender fue que Dios les estaba invitando a colaborar en su plan de la salvación. Y los dos han dado su “si”.
Para nosotros, José, junto con María, es un modelo, abierto a la Palabra de Dios, obediente desde su vida de cada día a la misión que Dios les ha confiado. También de José podemos decir como de su esposa María: “feliz tú porque has creído”.
Que gran mensaje para nosotros en esta ultima semana de Adviento. La Palabra de Dios viene no solamente a María, sino a cada uno de nosotros. Estamos invitados a decir “si”, sin entender las consecuencias. Pensamos en los jóvenes que dicen “si” a la creación de un matrimonio y un hogar para sus hijos. Pensamos en los inmigrantes que dicen “si” a la creación de una vida lejos de sus familiares. Pensamos en los individuos que dicen si a la responsabilidad por un pariente o vecino enfermo. Pensamos en los abuelos que dicen si al cuidado de sus nietos. Pensamos en las personas que dicen si a la adopción de un niño abandonado. Pensamos en los enfermos que dicen si al sufrimiento que los acompañan día y noche. Pensamos en los que están a punto de morir que dicen si a su muerte en la esperanza de ver a Dios cara a cara.
En la Navidad celebramos un acontecimiento siempre nuevo: Dios que se hace Dios-con-nosotros, Dios Salvador. El recuerdo de María y de José nos ayudará a que esta fiesta sea un momento de iluminación, de amor y de gozo. Durante esta semana, podemos pensar diariamente en este Evangelio que nos ofrece tanto consuelo y esperanza.
Sr.
Kathleen Maire OSF <KathleenEMaire@gmail.com>(Las últimas siempre aparecen primero).
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